Día 1: siestas y bochorno

¿Quién me preguntaba qué tiempo hacía? Podría ser Barcelona en agosto con humedad y tormentas veraniegas incluidas. Me ha faltado hoy la cámara para tomar unas fotos de la versión delawariana del parque de la Ciudatella, pero habrá tiempo. La parte más cosmopolita de esta parte de Delaware no la he visto todavía. Adam en sus dos meses aquí tampoco la he encontrado. Me temo lo peor. ;)

Lúa y yo recomendamos los vuelos en business (especialmente si los paga la empresa). Se duerme muy bien. Se lo podéis preguntar a Lúa que durmió por lo menos 5 horas. La azafata comentó que se había portado muy bien. ¡Claro iba dormida la mayor parte del tiempo!

El reencuentro fue muy divertido. Lúa estaba toda emocionada, no podía dejar de dar besos ni de tocar a Adam. Quería que se sentara junto a ella en el coche y no dejó de hablar en todo el viaje sobre todas las cosas que había hecho en Barcelona. Le comentó, la muy chivata, nada más llegar que me había saltado un semáforo en rojo (que era verdad), que había perdido mi anillo de boda, que también era verdad. Claro que lo debí de perder en el Ars, no en cualquier sitio. Y Adam sigue con su figura gracias a una sesión de deporte intensiva previa al reencuentro. Hay que mantener el tipo como sea.

Lúa ha caído presa del jet lag y ya está dormida. Hoy se despertó a las 5.30 de la mañana. ¡Mamma mia! Espero que mañana sea distinto. Ahora me toca irme a mí. Un beso y buenas noches.